
Una de las principales preocupaciones de muchos gobiernos ha sido y es asegurar a su población el acceso directo a la vacunación. Garantizar una amplia cobertura de la primera y segunda dosis al personal esencial y luego a los adultos mayores, es un desafío en la agenda de todos los ministerios de salud. Con el correr del tiempo, las intensas diferencias acerca de las especificaciones y dudas acerca de la eficacia de las vacunas fueron quedando atrás, y dieron lugar, en cambio, a una exigencia mayoritaria al acceso veloz, ágil y programado a los turnos de vacunación.
Desde el inicio de la pandemia, GS1 Argentina y el resto de colegas en la región y el mundo, han trabajado en la generación de recomendaciones dirigidas a los ministerios de salud y laboratorios acerca de una tarea que, ejecutada de manera adecuada, aseguran la visibilidad y transparencia de cada uno de los procesos de vacunación, nos referimos a la tan mencionada trazabilidad.
El concepto de trazabilidad abarca a todos los actores de la cadena de suministro y atención. De modo muy simplificado podemos decir que consiste en la marcación física de los materiales a los que queremos dar seguimiento, registrando todos los procesos efectuados y lugares de tránsito desde la fabricación a la administración al paciente o consumidor final. La trazabilidad reviste una particular relevancia en el sector del cuidado de la salud, más aún en este momento tan especial, en donde los ciudadanos se encuentran ansiosos por acceder a productos seguros. En el caso de las vacunas, la trazabilidad comienza por los viales y estuches secundarios identificados de manera individual y con un mismo método de marcación.
Afortunadamente, podemos decir que todas las vacunas fabricadas en el mundo tienen el denominador común de la adopción del estándar GS1 de identificación como punto inicial. Como podemos ver en las fotos de este artículo, todas las vacunas llevan impreso un pequeño símbolo de identificación llamado GS1 Datamatrix que trabaja de modo muy similar a otro símbolo de puntos ampliamente utilizado: el GS1 QR Code.
Sin embargo, lo importante no es el símbolo utilizado sino los datos que ese símbolo transporta. Dentro de cada símbolo viaja un código que nos informa de qué producto se trata (GTIN), datos para acceder a información de fabricación (Lote), la fecha máxima de vida útil de la vacuna (Fecha de Vencimiento) y un número único individual para el seguimiento cada uno de los estuches (Número de Serie). A modo de ejemplo, el Instituto Gamaleya de Rusia identificó cada “estuche secundario” (empaque que agrupa a un conjunto de frascos viales) de la vacuna Sputnik, con un código con los datos individuales en cada uno. Pero adicionalmente, también identificó cada caja en la que viajan los estuches con datos relevantes para su manipulación. Además, cada caja viajó en una unidad logística también identificada.
De ese modo, el rastreo y seguimiento físico de cada unidad de agregación de los embarques, resulta simple y veloz, no sólo para la realización del control de la entrega, sino también para el rastreo inverso del historial de cualquiera de las vacunas. El último paso necesario para garantizar el éxito del proceso de traza, es asegurar un registro de cada una de las personas a la que se le administrará la vacuna. Esto también ha sido parte de las recomendaciones que desde GS1 se hicieron llegar a los ministerios para poder vincular cada vacuna a un vacunatorio, a una fecha de administración y a una persona, cerrando así el circuito de la trazabilidad. En el caso de que alguna de las vacunas debiera ser eliminada por perder su capacidad por pérdida de la cadena frío, vencimiento, rotura u otra razón, se debería también llevar un registro de lo sucedido para poder responder rápidamente a futuras auditorías de control.
Resumiendo, la identificación y trazabilidad de las vacunas es fundamental para dar garantía y seguridad a quienes intervienen el proceso, pero por sobre todas las cosas, resulta un modo simple y eficaz de transmitir confianza a todos los que esperan ansiosos que sus padres, abuelos y familiares puedan ser vacunados
Por Mario Abitbol
Gerente Vertical Salud, GS1 Argentina