La llegada del COVID-19 al país, no solo cambió las medidas sanitarias y la economía nacional de Costa Rica, sino también la dinámica y ventas de los delincuentes que se dedican al contrabando, falsificación de artículos y demás formas de comercio ilícito. Esto ocasionó un aumento de un 42% del total de productos decomisados en el primer semestre del 2020 (16.301.243 unidades decomisadas), en comparación con el mismo período de 2019 (11.468.375 unidades), que podría haberse evitado con las soluciones de trazabilidad que provee GS1 CR.

Las estadísticas de la Policía de Control Fiscal reflejan diferencias importantes en algunas categorías de artículos decomisados, respecto al 2019 (ver detalle en tabla al final del documento). Destaca un aumento de un 76,5% en productos de uso personal incautados, que para el primer semestre del año anterior registró 5.356 unidades decomisadas y para el 30 de junio de este 2020, la cifra alcanzaba las 9.456 unidades. Los meses que documentaron un mayor aumento fueron marzo y abril.
Guillermo Varela, director ejecutivo de la Asociación GS1 Costa Rica explicó que “el mundo del contrabando se mueve como el mercado: bajo el principio de la oferta y demanda. Precisamente por eso es qué podríamos explicar el aumento de productos de uso personal decomisados, porque, aunque la Policía no detalla los artículos, presumimos que están relacionados con higiene y limpieza, que han sido de alto consumo por las circunstancias actuales”. Otro tipo de producto que experimentó un incremento considerable (161%) son los cigarrillos.
Varela afirma que ¨este fenómeno se puede deber a que actualmente existe una mayor presencia y vigilancia de la policía en las zonas fronterizas. Por esta razón, los delincuentes pudieron modificar sus métodos de operación para burlar así los controles de las autoridades.¨
Por otra parte, los productos falsificados o alterados pueden causar un efecto nocivo a la salud de los consumidores, pues son “clonados” pero utilizando sustancias tóxicas, que solo se pueden determinar mediante análisis químicos. Asimismo, afecta la imagen de las empresas que se dedican a comercializar legalmente los productos.
Una falta de herramientas que puedan brindar visibilidad a las autoridades es una de las principales debilidades del país, que impiden combatir adecuadamente esta problemática social. Esto a pesar de que existen soluciones de trazabilidad de mercancías bajo estándares globales, que permite rastrear los productos a lo largo de todo su proceso de comercialización.
De hecho, GS1 ha propuesto a las autoridades en reiteradas ocasiones, implementar a nivel nacional un “Sistema Integral de Trazabilidad” para monitorear el número de lote, fecha de vencimiento y el número serial de cada producto, permitiendo un rastreo acelerado de cada unidad y que, en caso de anomalías detectadas, se permita retirarlo del mercado.
Esto se logra a través de un código de barras GS1 (estándar global) de matriz bidimensional con un cuadriculado ordenado de puntos oscuros y claros, también llamado GS1-Datamatrix, que permite la identificación de productos pequeños e incorporar gran cantidad de información en un mismo código.
“Estamos convencidos de que este problema social tiene una solución, lo único que se necesita es voluntad política para que, en medio de la pandemia, los delincuentes que se dedican a esto no sigan haciendo más daño al país y como siempre lo hemos dicho, desde GS1 estamos anuentes a trabajar en contra del contrabando y la falsificación”, agrega Guillermo Varela.
Fuente. Periódico Digital Centroamericano y del Caribe, Costa Rica.